Provincia de Bogotá

Breve reseña histórica

Hacer una reseña histórica de la provincia de Bogotá nos remite necesariamente a los inicios de la Presentación en Colombia, y por qué no decir, al Nuevo Mundo.

Es gratificante dar una mirada al pasado de nuestra provincia y encontrarnos con la llegada de nuestras “primeras seis” hermanas francesas que “llegaron porque salieron”, que tuvieron “la audacia de trascender fronteras” hacia un mundo desconocido en aquel entonces. Estas valientes hijas de Marie Poussepin, que no tuvieron miedo a lo desconocido, que no sabían el idioma español, que quizá no habían montado a caballo, en fin, que no conocían esta cultura, llegaron a nuestra tierra, impulsadas por el amor a Jesucristo y el anhelo de anunciar su Reino a través del servicio a los hermanos en el ejercicio de la Caridad. Sus nombres están grabados en una placa de reconocimiento que se encuentra en la sala de conferencias de la Casa Central en Bogotá. Nos hace bien recordarlos: M. Pauline, superiora, Sr. Marie Francoise, Sr. Saint Paul, Sr. Emerence, Sr. Augustin Marie, Sr. Gaëtan.

Estas seis hermanas nuestras, después de renovar sus votos en la capilla de la Casa Madre, acompañadas por Mère du Calvaire, superiora general y Mère Theophane, segunda asistenta, quienes las acompañaron hasta el fuerte de Saint Nazaire, salieron de Francia en el barco “Louisiane” hacia Colombia, el 7 de mayo de 1873, cruzarían el océano para traer a tierras americanas el Carisma de Marie Poussepin el cual germinó al ciento por uno en tierra colombiana.

El 26 de mayo llegaron a Sabanilla en donde fueron recibidas por el administrador de la Aduana, Sr. Joaquín María Palacio quien las condujo al ferrocarril. La compañía con particular deferencia, las recibió como viajeras de honor para llevarlas a Barranquilla, puerto colombiano, desde donde se embarcarían en el barco “Colombia” para continuar el viaje por el río Magdalena hasta Honda. De esta ciudad a Facatativá a lomo de mula y luego en coche para culminar en Bogotá, la tarde del 21 de junio de 1873.

Nuestras seis primeras hermanas viajeras llegan directamente al Hospital San Juan de Dios aquel 21 de junio de 1873, aquí arrojan las primeras semillas del Reino, las cuales caen en buena tierra dando desde los comienzos cosecha abundante, con el surgir de las primeras vocaciones, las cuales permitieron el crecimiento de la presencia misionera de la Presentación en tierra americana. “La piedad de las primeras atrajo a otras” escribió Marie Poussepin en los Reglamentos. Palabras que se cumplieron perfectamente en Colombia, en donde pronto se abrió el noviciado para recibir a las jóvenes que deseaban continuar la labor que con abnegación veían vivir a las Hermanas. 

 Bogotá 2019

Hora de Gracia para la Presentación en Colombia

Fundación de la provincia de Bogotá y creación del noviciado

La misión en Colombia, de acuerdo con los informes dados por el sr. arzobispo de Bogotá y por los administradores del Hospital de San Juan de Dios y del Hospicio, había dado excelentes resultados. Varias jóvenes solicitaban su entrada a la comunidad. Mère Pauline, llena de fe y de audacia había recibido siete jóvenes, en calidad de postulantes, de acuerdo con una de las cláusulas del contrato celebrado entre la Casa Madre y la Junta general de la beneficencia, que dice así: “Las hermanas podrán recibir a las jóvenes del país que tuvieren aptitud para las obras de caridad y vocación religiosa, a fin de iniciarlas en el servicio del hospital y darles el hábito de nuestro Instituto, según nuestras Reglas”.

El 30 de mayo de 1874, el consejo de la Congregación presidido por su excelencia Mons. Truchaud, arzobispo de Tours, tomó entre otras decisiones relativas a la residencia de nuestras hermanas en las misiones extranjeras, aquella de establecer una de las superioras de Bogotá como provincial. Con el fin de establecer una autoridad central bajo la dependencia de la Casa Madre, establecida en Saint Symphorien en Tours. Es así, como el 30 de mayo de 1874 nace la Provincia de Bogotá para la cual es nombrada primera superiora provincial Mère Pauline, de 1875 a 1882. M. Pauline, amó a su familia religiosa, y fue guardiana fiel del espíritu: supo transmitirlo a las Hermanas y mantener muy estrechos los lazos de unión con la Casa Madre. Despertó en las hermanas la confianza en la superiora general, como primera depositaria de la autoridad en la Congregación. Nuestra primera provincial orientó la misión como una respuesta a las necesidades del momento y del país. Una religiosa del temple de la Madre Pauline, de una talla espiritual tan profunda era la Provincial que convenía para sembrar la semilla en este suelo que la divina providencia había preparado para acoger a las hijas de Marie Poussepin.

Durante su provincialato se realizaron las siguientes fundaciones: 1873, hospital San Juan de Dios en Bogotá. 1874, hospicio o casa de refugio en Bogotá. 1875, noviciado con sus anexos: escuela gratuita, visita de enfermos a domicilio, taller externas, sala de asilo, colegio centro. 1876, hospital militar Bogotá, hospital de Barranquilla con sus anexos: escuela gratuita, orfelinato, colegio. 1876, colegio de Medellín con sus anexos: escuela gratuita, orfelinato, sala de asilo y visitas a los pobres. 1880, el asilo del “Aserrío” en Bogotá para enfermos mentales y también para indigentes, hombres y mujeres. 1881, hospital de Sogamoso con sus anexos: escuela gratuita, asilo orfelinato y colegio. 1882, hospital de Neiva con sus anexos: escuela gratuita, asilo, orfelinato y colegio.

Durante estos años varios grupos de hermanas francesas son enviadas a la misión en Colombia, ellas son gestoras de heroicas historias junto a las nuevas vocaciones que surgían en nuestra patria. El ardor misionero de M. Pauline y de las otras cinco primeras hermanas que llegaron a Colombia, se continuó en la provincia de manera admirable; la abnegación y generosa entrega al servicio de la caridad en favor de los enfermos, de la niñez, de la juventud, en fin, en favor de los más necesitados, hizo que la fuerza del Carisma de Marie Poussepin prendiera en nuestra patria. Lo testifican las múltiples fundaciones que a lo largo y ancho de esta fértil tierra se fueron dando.

Marie Poussepin “hace construir una casa donde nuestras primeras hermanas puedan vivir con ella el Evangelio”, IP. La Madre Marie Gertrude, segunda superiora provincial, sin duda tuvo bien claro este hecho tan importante en vista de la vida y misión de nuestras hermanas. El número de novicias y de profesiones que crecía cada seis meses, hacía sentir la necesidad de construir una casa grande y sólida. Madre Marie Gertrude pone todo el empeño para la compra del terreno y busca para ello la intercesión de San José, patrono de la Congregación y particularmente de la misión en Colombia; la búsqueda fue larga y difícil, pero llegó la “hora de Dios”, el señor Arturo Melo, necesita vender un terreno cerca de la Estación de la Sabana y lo ofrece a las hermanas a muy bajo precio, esto ocurre el 21 de febrero de 1894. Hubo otros dos propietarios que, al conocer la gestión de las Hermanas, ofrecieron otros lotes que se encontraban en el mismo sector y también se los vendieron a precio módico. De esta manera, una vez obtenida la escritura pública, se procedió a construir lo que se llamaría el noviciado, la capilla y el colegio. La bendición del terreno y de la primera piedra tuvo lugar el 26 de julio de 1894, fiesta de Santa Ana.

Este fue el inicio de nuestra actual, querida y bella casa central, casa de todas. Sea esta la oportunidad de agradecer, una vez más, a Francia y en ella a nuestras hermanas francesas, su generosa entrega a la misión en Colombia. El árbol se creció… a causa del desarrollo creciente de la provincia de Bogotá, del gran número de establecimientos y de hermanas para atenderlos, se vio necesario crear una nueva provincia. El consejo general de acuerdo con las instrucciones de la Santa Sede, decide crear la Provincia de Medellín en 1930. La siembra y cosecha de la Presentación en Colombia continúa su auge. En 1954 MereThérese Augusta, superiora general, en circular del 9 de mayo de 1954, anuncia la creación de la provincia de Bucaramanga, formada por los dos departamentos de Santander (norte y sur), el departamento del Magdalena y la República de Venezuela. Igualmente, en 1954, anuncia la creación de la provincia de Manizales formada por los departamentos del Huila, Tolima, Caldas y Valle. La provincia de Bogotá comprenderá los departamentos de Cundinamarca, con su capital Bogotá, Boyacá y Casanare.

Posteriormente la expansión misionera lleva a la provincia de Bogotá a los departamentos de Putumayo, Caquetá, Vichada y Vaupés. En 1960 la provincia de Bogotá amplía su horizonte hacia el sur del continente con dos fundaciones en Chile, en la provincia de Aconcagua, en donde el carisma de Marie Poussepin llega a sembrar en los corazones tiernos de los niños semillas de evangelio. Muy pronto las hermanas son pedidas para hacer presencia en otras diócesis en el mismo país, llegando a ser la región de Chile. En 1979 el ardor misionero lleva a la provincia a desplegar nuevamente sus alas y es la tierra de la “Morenita de América” la que acoge en su manto a las hijas de Marie Poussepin en México. Esta presencia misionera es bendecida con vocaciones autóctonas que permiten un crecimiento considerable hasta llegar a ser en 1988 la viceprovincia de Guadalupe, hoy provincia de Guadalupe. Nuevamente, en vista de un mejor servicio a las hermanas y a la misión, después de diez años de reflexión y búsqueda, se crea la provincia de Santafé de Bogotá. El 24 de mayo de 1980 se erige canónicamente la nueva provincia. En 1994 es Nicaragua quien recibe a las Hermanas Dominicas de la Presentación para realizar la misión en el campo educativo, y en la catequesis a nivel parroquial y diocesano.

En 1997, por solicitud de los señores Obispos de la Isla, llegan las hermanas a Cuba, en donde realizan una discreta, pero efectiva y meritoria labor pastoral con los preferidos del Señor, en dos comunidades.

En la actualidad la Provincia de Bogotá cuenta con un total de:

236 hermanas:

  • 228 de votos perpetuos.
  • 8 de votos temporales.

31 comunidades:

  • 26 en Colombia,
  • 3 en Nicaragua
  • 2 en Cuba

En formación inicial: dos postulantes y dos novicias.

¿Dónde estamos?

Una comunidad de pastoral juvenil vocacional que acoge y acompaña jóvenes, aspirantes y misioneras. Una casa de Formación Inicial: el Postulantado.

Misión educativa en 7 colegios privados, en 6 oficiales: 3 en Colombia y 3 en Nicaragua; CONACED Nacional, Centro Bíblico Pastoral María de Magdala, participación en la Conferencia Episcopal; en obras polivalentes: promoción social, parroquia, diócesis, zonas de periferias y Justicia y Paz.

En la misión de salud: La Clínica Palermo, Enfermería Lourdes, un Ancianato en Simijaca – Cundinamarca, medicina alternativa y la Casa de hermanas mayores en San José de los Nogales – Chía.

Estamos presentes en Colombia, Cuba y Nicaragua y resaltamos la presencia en estos sectores geográficos de periferia, son nuestra prioridad:

En Cuba nuestra presencia está marcada por la urgencia de la evangelización persona a persona y en pequeñas comunidades, como un primer anuncio de Jesucristo, para sembrar la esperanza y recuperar el sentido de la vida en un pueblo donde la libertad ha sido coartada por el sistema político.

Nicaragua. País centroamericano que ha sufrido la violencia por causa de la guerra y está pasando por una situación política, social y económica compleja. En medio de todas las dificultades es un pueblo luchador y las personas que se adhieren a la Iglesia son laicos comprometidos gestores de nuevas comunidades. En el momento hay seis vocaciones autóctonas.

En el Putumayo estamos presentes en Puerto Leguízamo y Mocoa, región amazónica de Colombia. Esta región es el pulmón más importante del mundo y está viviendo un acontecimiento trascendental, a nivel de Iglesia, en la preparación del Sínodo de la Amazonía que tendrá lugar del 6 al 27 de octubre de 2019 con el tema: “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, convocado por el Papa Francisco, liderado por la REPAM (Red de la Iglesia Católica que promueve los derechos y la dignidad de las personas que viven en el Amazonas). Es un proyecto de las nueve iglesias del Amazonas, cuenta con el apoyo de la Conferencia Episcopal Latinoamericana.

La comunidad en Puerto Leguízamo. Hace parte del equipo misionero del vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo - Solano, sigue el objetivo de evangelización propuesto en el Plan Pastoral del Vicariato 2017-2020:

Acompañar animar desde las opciones misioneras (indígena, campesina, afrodescendiente y urbana) de las parroquias, procesos de identificación con la persona de Jesús, Buen Samaritano, desde el proyecto de Iglesia; en el respeto a la diversidad cultural y ambiental, mediante una formación que gradualmente refuerce nuestro ser de discípulos y misioneros, comprometidos en el desarrollo de una sociedad impregnada de los valores del Evangelio.

En la pastoral misionera y la catequesis del vicariato, en el acompañamiento a niños y sus familias en el comedor; en el apoyo a las parroquias y en todo lo que la caridad puede inspirarnos. El carisma de Marie Poussepin se hace presente en esta parte de Iglesia, en la Amazonía colombiana. El vicariato apostólico de Puerto Leguízamo - Solano, es joven con unas características particulares; a nivel nacional comprende parte de los departamentos de Putumayo (Puerto Leguízamo), Caquetá (Solano) y Amazonas (Puerto Alegría); se ubica en un territorio trifronterizo, puesto que es centro de relaciones comerciales, sociales, culturales y políticas entre Colombia, Ecuador y Perú.

Esta realidad hace que el estilo de misión sea especial: los ríos no sólo son límites y medio de transporte, sino que son espacio de evangelización y de unidad: “Los ríos no nos separan, nos unen”. La pluriculturalidad del vicariato con la riqueza única de la Amazonía le dan un rostro diferente de Iglesia, por tal motivo es un lugar de encuentro donde las fronteras no existen para la evangelización.

La comunidad ubicada en Mocoa

Forma parte de la diócesis Mocoa Sibundoy desde 1992. El objetivo misionero desde sus inicios ha sido el servicio de la evangelización, tanto a nivel parroquial como diocesano y la promoción (taller de confección y manualidades) de la familia, especialmente de la mujer cabeza de hogar.

A raíz de la avalancha torrencial del 31 de marzo del 2017, que dejó en Mocoa un sin número de muertos, damnificados, y familias en extrema pobreza, las hermanas de la comunidad con el aporte solidario de la Congregación y las donaciones recibidas a lo largo de estos dos años se ha apoyado y acompañado a la población más afectada con gestión de proyectos de emprendimiento. Se han beneficiado 71 familias con proyectos productivos que han dado posibilidad de recuperar un trabajo o emprender pequeñas empresas familiares.

Comunidad Juan Pablo I. Fundada en 1983 realiza la misión en dos campos, en Bosa -Bogotá- y en Trujillo, Valle del Cauca. Las hermanas dan lo mejor de sí acompañando estas comunidades, para construir la fraternidad y el servicio de caridad. Participan en el grupo GEMPAZ, Grupo Ecuménico de mujeres constructoras de paz; en la MEP: Mesa Ecuménica por la Paz; en la CEV Comisión Especial para la Paz, como espacio de reflexión y enriquecimiento desde la realidad en que viven.

Misión en Trujillo –Valle del Cauca. Esta misión tiene cuatro ejes de trabajo:

  1. Formación en derechos humanos, la Palabra y valores cristianos.
  2. Socio-cultural, recuperando la memoria como puente de la reconciliación.
  3. Jurídico, apoyando y acompañando a las familias en las audiencias públicas, exigiendo justicia.
  4. Organizativo, acompañando los grupos con proyectos productivos, administración y de formación.

Refuerzo escolar en Juan Pablo I. Con apoyo de una educadora, en el hogar El Pueblo, se acogen grupos de niñas y niños, en jornada contraria a la escuela, con el fin de asesorar tareas e investigaciones. Se desarrollan actividades culturales, celebraciones, rituales, reunión con madres de familia. Como comunidad, las Hermanas acompañan, hacen seguimiento y ofrecen un refrigerio a los pequeños.

Novedades y Desafíos

  • El Capítulo provincial de diciembre de 2018 concretó la opción que orienta y dinamiza la vida de la provincia en el 2019:

“Enviadas a trascender fronteras” optamos por revitalizar desde el Evangelio y el Carisma, la vida personal y comunitaria para continuar nuestro proceso de salida misionera y fortalecer la integración y articulación de los sectores misioneros y geográficos”.

Priorizamos:

  • Generar ambientes de vida comunitaria acogedora y convocante.
  • Fortalecer la pastoral vocacional.
  • Compromiso de acompañamiento y apoyo efectivo a las hermanas enviadas a Cuba, Nicaragua y Amazonía.
  • Concretar algunos pasos para la integración y articulación de los sectores misioneros y geográficos.
  • Continuar el acompañamiento en todas las etapas de la vida (Plan de Formación).
  • Cuidado de la “Casa Común”. Corresponsabilidad en el proyecto de gestión ambiental de la provincia.

“Este es el camino, síganlo” (Is. 30, 21) y “Te basta mi gracia” (2 Cor. 12,9)

La relectura de la experiencia recorrida y la novedad han de conjugarse para enseñarnos a dar continuidad y despertar la chispa de lo social, hoy por hoy, aquí y ahora. El caminar está iluminado por los textos elegidos para el Capítulo general:

  • Fieles al carisma educativo de nuestra Madre Fundadora se ha elaborado e impulsado el proyecto educativo para humanizar nuestra misión educativa desde los criterios del Evangelio, la pedagogía de Marie Poussepin y la realidad contextual, para acompañar a la niñez y a la juventud en la búsqueda de identidad cristiana – católica, que les prepare para responder a los desafíos actuales a nivel familiar, social y eclesial.
  • La apertura al trabajo conjunto que han tenido los colegios, ha fortalecido la gestión administrativa y el resultado económico de toda la provincia. Dentro de este trabajo conjunto es necesario resaltar la creación del fondo común de colegios, incrementando el aporte por planta física a una participación anual del 15% de los ingresos de cada una de las instituciones para el reforzamiento de las estructuras y mantenimiento. La implementación de compras conjuntas ha llevado a ahorros importantes de recursos, beneficiando a todas las instituciones.
  • La centralización de las cuentas e inversiones y el manejo del plan de compras mensuales para transferir recursos, ha tenido un manejo más austero de los recursos, el cual ha permitido que, además del aporte al fondo común, se incrementen las reservas de cada institución.
  • Programa de bienestar integral de hermanas mayores: se creó en el 2017 con el fin de brindar una atención centrada en las hermanas mayores, donde se fortalezca la autonomía, se mejore y/o se mantenga la calidad de vida, se fomenten las relaciones inter e intrapersonales, se desarrollen las capacidades y habilidades y se promueva la continuidad o reformulación del proyecto de vida. El programa está liderado por una gerontóloga y un equipo interdisciplinario conformado por: psicóloga, fisioterapeuta y enfermera.
  • Con los laicos se avanza en pequeñas comunidades o humildes presencias de laicos dominicos en Colombia y Cuba que caminan en seguimiento de Jesús, desde sus ambientes y compromisos en medio de una sociedad que ha aprendido a cómo ganarse la vida, pero no cómo vivir una vida en abundancia. En el 2018 se conformó la comisión interprovincial Laicos Dominicos Presentación Colombia, conformada por un laico y una hermana de cada provincia. Con ella comienza el proceso de mayor integración. Los laicos se convierten en una fuerza renovadora para nuestra vida consagrada.
  • Con las exalumnas y exalumnos se busca promover, orientar, y acompañar la consolidación y fortalecimiento de las asociaciones de exalumnos de cada provincia; mediante su vinculación e integración a los proyectos y actividades que aseguran la continuidad del carisma de Marie Poussepin con la chispa de lo social. Para fortalecer el proceso se conformó un equipo de hermanas.

 

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