África: “Allá donde están los consagrados, está la alegría”

on 05 May, 2016
Visto: 3403

Koudougou (Burkina Faso), 01/02/2016, Hnas. Honorine Guigma y Béatrice Kantoro.- La clausura del año de la Vida Consagrada tuvo lugar en Koudougou, “Ciudad del caballero rojo”, precisamente en la parroquia catedral del 28 al 30 de enero 2015. El tema era el “Año de la Vida Consagrada: Interpelaciones y retos lanzados por el Papa Francisco a la vida consagrada, en contexto Burkina-Níger”. Este tema se tomó del tema general: “Hacer memoria con gratitud del pasado, vivir el presente con pasión, abrazar el futuro con esperanza”.

Se reagrupó a más de 400 participantes venidos de diversos lugares de Burkina y de Níger. Estos momentos vividos fueron muy significativos para los consagrados, pues estuvieron marcados por diversas presentaciones:

  • Jueves 28: llegada, acogida solemne, instalación;
  • Viernes 29: fórum de la Vida Consagrada, tarde recreativa en el teatro popular;
  • Sábado 30: misa de acción de gracias seguido de ágapes fraternos.
 

El día del fórum, el tema fue desarrollado por Fray Innocent Gtebegan de la Orden de Predicadores. Nos permitió experimentar un tiempo de comunión y de compartir fraterno. Siguiendo al Papa Francisco, Fray Innocent nos invitó a:

  • Trabajar para redescubrir la importancia de nuestra consagración dentro de un mundo en plena mutación, en pleno cambio;
  • vivir en el amor y la entrega a los otros;
  • salir de nosotros mismos para ir hacia las periferias;
  • trabajar para la expansión y el desarrollo sostenible del ser humano, en consonancia con nuestra vocación.

Las reflexiones expresadas nos llevaron a retomar conciencia de las fragilidades que a menudo pesan sobre nuestras comunidades. Acerca de ésto, se hizo hincapié en construir comunidades dinámicas y fraternales donde se debe favorecer el clima de confianza entre los miembros y favorecer la comunicación, el compartir y finalmente descubrir y valorar los talentos de unos y otros que constituyen una complementariedad para cada uno.

En esta misma dinámica, para permitir a los religiosos o religiosas vivir plenamente su consagración o revitalizar su vocación, nos hizo tomar ciertos medios que nos abren a la gracia de Dios, como:

  • La superación de los conflictos generacionales;
  • la vivencia o experiencia de una caridad-amor tangible que se desarrolla en el otro;
  • la experiencia de la misericordia de Dios y la práctica de sus obras.

El fraile, para terminar, remarcó que la Vida Consagrada en nuestros países es una realidad, y, como consecuencia, pide de nosotros un verdadero reencuentro con Cristo en la acogida de la Palabra de Dios. Nosotros, consagrados, somos llamados a:

  • Redescubrir el lugar central de Cristo Eucaristía;
  • trabajar para la renovación espiritual de cada una de nuestras comunidades;
  • dar ejemplo de vida en todas nuestras acciones, y así mejor responder a nuestro ideal que lleva a dar la vida y a despertar al mundo.

La misa de clausura fue presidida por el nuncio apostólico, concelebrada por otros sacerdotes y por Mons. Joachin Ouedraogo (obispo de la diócesis de Koudougou y encargado de la Vida Consagrada en la Conferencia Episcopal de Burkina-Níger). En el transcurso de esta misa, dos religiosas (una Hija del Santo Espíritu y una Hija de San Camilo), se comprometieron definitivamente. Antes de la bendición final, Mons. Joachin hizo el envío en misión de los responsables de las congregaciones religiosas o de sus delegados. Después de la misa, tres árboles fueron plantados:

  • el árbol del Evangelio;
  • el árbol de la Profecía;
  • el árbol de la Esperanza.

Que el Señor fuente y origen de toda vocación dé a todos los consagrados el ser testimonios a través de sus vidas dedicadas al anuncio de la Buena Noticia, allá donde Dios los llama. Que él haga de ellos artesanos de la paz y de la reconciliación durante toda su vida, de manera particular, en este Año de la Misericordia.